TRABAJO DE LENGUA
LA EXPERIENCIA DE JOSÉ
Érase una vez, un niño de diez años llamado José. Este vivía en un pueblo pequeñito en la provincia de Guipuzkoa al norte de la península Ibérica. Vivía con sus padre y su perro que se llamaba Tobi. José deseaba tener una aventura, él siempre pensaba que en su vida no ocurrían cosas interesantes y quería que algún día fuera diferente a la rutina de siempre. Afortunadamente, eso iba a cambiar.
Un día de mayo del 1988, José y sus compañeros de clase se fueron de excursión a pasar una noche en el bosque. A José al principio le daba miedo pero él siempre pensaba que quería hacer algo diferente. El día anterior, su madre, una mujer muy cuidadosa pero desconfiada, le preparó la mochila y el saco de dormir. También le pidió que fuera prudente.
- ¡José ten mucho cuidado, hay muchos peligros escondidos en los bosques no quiero que te ocurra nada malo!
- Tranquila mamá. Se cuidar de mí mismo y no me pasará nada.
José confiaba en sí mismo y pensaba que no le iba a suceder nada malo. Pero eso no fue así. La noche de la excursión ocurrió algo que José no lo olvidaría jamás. Eran las doce de la noche y todos estaban dormidos. Este tenía ganas de ir al baño y salió de la tienda de campaña que habían montado el día anterior él y su amigo Javier. Todo estaba oscuro y los grillos cantaban. Se paró delante de un gigantesco árbol e hizo sus necesidades. Intentó volver al campamento pero se dio cuenta de que se había perdido. José, lleno de miedo, se quedó sentado al lado de un gran árbol y se quedó dormido.
Pasó una hora y cuando Javier se dio cuenta de que su amigo había desaparecido, decidió contárselo a los monitores. Estos lo encontraron dormido al lado del árbol y lo llevaron de vuelta al campamento. Al día siguiente, al volver a casa, se lo contó todo a sus padres y su padre, que era un hombre serio y con muy mala leche, le echó la bronca y lo castigó sin salir con sus amigos durante un mes. Pero ese castigo a Jos´r la daba igual porque había tenido una experiencia y había sido un día diferente a los demás.
Érase una vez, un niño de diez años llamado José. Este vivía en un pueblo pequeñito en la provincia de Guipuzkoa al norte de la península Ibérica. Vivía con sus padre y su perro que se llamaba Tobi. José deseaba tener una aventura, él siempre pensaba que en su vida no ocurrían cosas interesantes y quería que algún día fuera diferente a la rutina de siempre. Afortunadamente, eso iba a cambiar.
Un día de mayo del 1988, José y sus compañeros de clase se fueron de excursión a pasar una noche en el bosque. A José al principio le daba miedo pero él siempre pensaba que quería hacer algo diferente. El día anterior, su madre, una mujer muy cuidadosa pero desconfiada, le preparó la mochila y el saco de dormir. También le pidió que fuera prudente.
- ¡José ten mucho cuidado, hay muchos peligros escondidos en los bosques no quiero que te ocurra nada malo!
- Tranquila mamá. Se cuidar de mí mismo y no me pasará nada.
José confiaba en sí mismo y pensaba que no le iba a suceder nada malo. Pero eso no fue así. La noche de la excursión ocurrió algo que José no lo olvidaría jamás. Eran las doce de la noche y todos estaban dormidos. Este tenía ganas de ir al baño y salió de la tienda de campaña que habían montado el día anterior él y su amigo Javier. Todo estaba oscuro y los grillos cantaban. Se paró delante de un gigantesco árbol e hizo sus necesidades. Intentó volver al campamento pero se dio cuenta de que se había perdido. José, lleno de miedo, se quedó sentado al lado de un gran árbol y se quedó dormido.
Pasó una hora y cuando Javier se dio cuenta de que su amigo había desaparecido, decidió contárselo a los monitores. Estos lo encontraron dormido al lado del árbol y lo llevaron de vuelta al campamento. Al día siguiente, al volver a casa, se lo contó todo a sus padres y su padre, que era un hombre serio y con muy mala leche, le echó la bronca y lo castigó sin salir con sus amigos durante un mes. Pero ese castigo a Jos´r la daba igual porque había tenido una experiencia y había sido un día diferente a los demás.
TRABAJO DE LENGUA SEGUNDA EVALUACIÓN
CLAUSTROFOBIA
Una fobia es un trastorno de salud emocional o psicológico que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas, es decir, una fobia es tenerle miedo a algo o a alguien. Algunos ejemplos son el miedo a los lugares cerrados, llamado claustrofobia o el miedo a los insectos, llamado entomofobia.
Hay muchas fobias hoy en día pero una de las más frecuentes y una de las más conocidas es la claustrofobia. Esta fobia consiste en tener miedo a los espacios cerrados y aquellos que la padecen intentan evitar pasar por sitios como túneles, ascensores, el metro o habitaciones pequeñas. La claustrofobia es originada generalmente por haber vivido una experiencia desagradable en un espacio cerrado o por haber visto a alguien tener esa experiencia.
Los síntomas de esta fobia suelen ser los mismos que los de un ataque de pánico. Sensación de falta de aire, sudoración, latidos acelerados, falta de aliento o hiperventilación, temblores, aturdimiento o desmayos, náuseas, mareo y la sensación de tener pánico.
Unos de los sitios donde se pueden dar casos de claustrofobia son una cabina de teléfono, un ascensor, un avión, discotecas o túneles.
Solo el 6% de la población en el mundo sufre esta fobia pero hay diferentes grados. Algunas personas se alteran cuando están e espacios cerrados pero no tanto como otras.
Existen dos tratamientos para curar o para disminuir el miedo a los espacios cerrados: el psicoanálisis y la psicoterapia. El método más usado es la psicoterapia. El objetivo de esta terapia es que la persona que sufre esa fobia consiga vencer sus miedos. Hay dos tipos de estrategias para conseguir eso. La primera es intentar calmar el miedo y la segunda es intentar aprender a controlar los pensamientos que ocurren cuando se encuentran en un espacio cerrado. Para eso, varios especialistas han creado muchos ejercicios metales.
El 14 de Abril de 2015 hubo un caso de claustrofobia en Barcelona. Un chico de 21 años quedó encerrado en un ascensor y sufrió los síntomas habituales de esa fobia. Después del suceso la víctima tuvo que acudir durante seis meses a un tratamiento psicoterapéutico devido al miedo que le daba entrar en ascensores. Al final el chico consiguió vencer sus miedos y ya no le da miedo entrar en los ascensores.
Una fobia es un trastorno de salud emocional o psicológico que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas, es decir, una fobia es tenerle miedo a algo o a alguien. Algunos ejemplos son el miedo a los lugares cerrados, llamado claustrofobia o el miedo a los insectos, llamado entomofobia.
Hay muchas fobias hoy en día pero una de las más frecuentes y una de las más conocidas es la claustrofobia. Esta fobia consiste en tener miedo a los espacios cerrados y aquellos que la padecen intentan evitar pasar por sitios como túneles, ascensores, el metro o habitaciones pequeñas. La claustrofobia es originada generalmente por haber vivido una experiencia desagradable en un espacio cerrado o por haber visto a alguien tener esa experiencia.
Los síntomas de esta fobia suelen ser los mismos que los de un ataque de pánico. Sensación de falta de aire, sudoración, latidos acelerados, falta de aliento o hiperventilación, temblores, aturdimiento o desmayos, náuseas, mareo y la sensación de tener pánico.
Unos de los sitios donde se pueden dar casos de claustrofobia son una cabina de teléfono, un ascensor, un avión, discotecas o túneles.
Solo el 6% de la población en el mundo sufre esta fobia pero hay diferentes grados. Algunas personas se alteran cuando están e espacios cerrados pero no tanto como otras.
Existen dos tratamientos para curar o para disminuir el miedo a los espacios cerrados: el psicoanálisis y la psicoterapia. El método más usado es la psicoterapia. El objetivo de esta terapia es que la persona que sufre esa fobia consiga vencer sus miedos. Hay dos tipos de estrategias para conseguir eso. La primera es intentar calmar el miedo y la segunda es intentar aprender a controlar los pensamientos que ocurren cuando se encuentran en un espacio cerrado. Para eso, varios especialistas han creado muchos ejercicios metales.
El 14 de Abril de 2015 hubo un caso de claustrofobia en Barcelona. Un chico de 21 años quedó encerrado en un ascensor y sufrió los síntomas habituales de esa fobia. Después del suceso la víctima tuvo que acudir durante seis meses a un tratamiento psicoterapéutico devido al miedo que le daba entrar en ascensores. Al final el chico consiguió vencer sus miedos y ya no le da miedo entrar en los ascensores.